NOTICIAS, ROMA.- El germano Alexander Zverev consiguió rehacerse este viernes frente a el chileno Alejandor Tabilo, al que remontó (1-6, 7-6 (4) y 6-2) para consentir a la final de Masters 1.000 de Roma e impidió al sudamericano alcanzar su primera final en un torneo de esta categoría y una hipotético duelo por el título entre chilenos contra Nicolás Jarry.
Lo que ha conseguido Tabilo en Roma es, independientemente de la derrota frente a Zverev tras más de 2 horas de duelo, notable. Ya no es que ganara al serbio Novak Djokovic en segunda ronda y se colgara con el cartel de «sorpresón» del torneo, es que partido a partido fue ido confirmando que no llegó hasta donde llegó por casualidad, si no por puro derecho.
Y sin monitor, pues rompió tras casi 10 abriles con su compatriota Guillermo Gómez cabal luego del torno de Madrid, donde cayó en primera ronda frente a el italiano Flavio Cobolli.
«Ha sido increíble que fuera capaz de proseguir mi estabilidad mental. He estado jugando suelto, tratando de ni siquiera pensar en demasiadas tácticas ni mínimo. Sólo hemos estado jugando. He estado fluyendo. Por último está funcionando», apuntó.
Y vaya si le ha funcionado. Delante Zverev tuvo la que probablemente era su prueba más dura. Contra Djokovic casi nadie le tenía en cuenta, pero contra el germano todos los focos le apuntaban. La sorpresa ya era una existencia en la tierra cerco italiana, ya era un peligro vivo y todos estaban avisados. Incluido Zverev, que se llevó una paliza en el primer set.
Porque en casi nada media hora le endosó un elocuente e inapelable 6-1 que puso contra las cuerdas a ‘Sascha’. Dos ‘breaks’ y solo un descanso en el que tuvo que resistir para proseguir su lanzamiento. Dominio abrumador con una siniestra abrumador. Preciso en las dejadas, decidido a la hora de explicar y certero en los momentos claves.
Rebosante de confianza por acaecer apeado a Novak Djokovic, número 1 y predilecto, en tercera ronda, rubricando la triunfo más importante de su carrera, la que le colocó en el planisferio; por acaecer recostado en octavos con suficiencia al ruso Karen Khachanov y sus derechazos; y por acaecer cumplido con suficiencia en cuartos frente a el chino Zhinzhen Zhang, Tabilo encaró el segundo set a un paso de hacer historia, más todavía.
Lo luchó como había hecho siempre hasta el momento. Con humildad, pero con beligerancia. No había encajado un solo set en lo que iba de torneo y no daba la sensación de que iba a hacerlo. Tuvo en su mano una paparrucha de ‘break’ fundamental, con 3-3 en el señalador, que no pudo culminar cabal cuando Zverev estaba en la cúspide del ring, cubriéndose de todo shock. Ahí pudo estar el partido para Tabilo.
Resistió ‘Sascha’ y llevó el envite al ‘tie-break’. Lo ganó el germano pese a perder su primer lanzamiento y lo celebró casi como un título. Pidió el humor del manifiesto y se metió de repleto en la pelea. Tenía frente a sí un nuevo partido.
A Tabilo le empezó a advenir lo que muchos pensaron que le tenía que advenir. Le empezaron a entrar dudas frente a el tercer predilecto. Cada shock de Zverev le hacía más débil. El germano se hizo titán y con 2 ‘breaks’ seguidos se puso 4-1 en lo alto. Tenía encarrilado el partido y no lo dejó escapar. Esta vez, el que celebró con los brazos en suspensión fue un Zverev que despertó de su sueño a Tabilo.
Campeón de un solo torneo ATP, el 250 de Auckland, asimismo en tierra cerco, su preparado, y con un mejor resultado previo en su carrera de unos octavos de final de Masters 1.000, ya superado tras la gesta en la caudal italiana, Tabilo se ha manada el respeto de todos y el derecho a soñar con su primer título en esta categoría en un futuro no muy apartado. Por su buen tenis y por su confianza.
Con sus 6 títulos ATP Challenger, el número 32 del mundo, que entrara en el top-30 con la puesta al día de puntos, jugará en pocas semanas su primer Roland Garros, en el que adicionalmente no necesitará de disputar la ronda previa. En 2020, ayer de la pandemia, Tabilo participó de su primer Grand Slam en el Amplio de Australia. Por ahora solo piensa en Roma, su torneo consagratorio.
Zverev retraso ya en la final al triunfador del duelo entre el otro chileno del torneo, Nicolás Jarry, y el estadounidense Tommy Paul.
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