COOPERSTOWN, Nueva York.– La rutina es esencia y muchas veces, aceptablemente estricta. Para un participante de Grandes Ligas, durante una campaña de 162 juegos —por otra parte de los entrenamientos de primavera y quizás postemporada— tener una dietario de acondicionamiento físico, estudio de datos avanzados, reuniones y prácticas de bautismo y fildeo es crucial para poder rendir en el ámbito.
Algunas personalidades pueden hacer eso y, al mismo tiempo, susurrar fácilmente con la prensa, los fanáticos y otras entidades. Otras, no tanto.
Un ejemplo extremo es el del Salón de la Auge Randy Johnson, quien en su carrera de 22 primaveras de Grandes Ligas no fue la persona del trato más hacedero en ese sentido. Pero cuando terminó de brincar y, seis primaveras a posteriori, fue exaltado al Salón de la Auge, todo eso cambió.
Johnson hasta llegó a casi pedir disculpas en una rueda de prensa en el Chase Field de Arizona hace unos primaveras, explicando que para tener la clase de éxito que él logró – 303 victorias y 4,875 ponches, entre muchas otras hazañas – tenía que apoyar esa clase de enfoque.
En el caso de Adrián Beltré, quien será exaltado al Salón de la Auge este domingo en Cooperstown, el dominicano nunca fue tan súbito como Johnson; al contrario, siempre fue todo un bondadoso. Pero sí se le notaba lo incómodo que se le hacía susurrar de sí mismo en medio de su carrera de 21 primaveras en Grandes Ligas, en la que conectó 3,166 hits y 477 jonrones.
Ahora, tras ser parte de muchas de las actividades del Serie de Estrellas en Arlington, Texas, Beltré paciencia su momento en Cooperstown. Y aunque ha dicho en varias ocasiones que realizar el discurso tradicional lo tiene un poco preocupado, se le ve mucho más suelto hablando ahora que no tiene que rendir en el ámbito de placer.
Deletrear por otra parte: Adrián Beltré entra al exclusivo club del Salón de la Auge Cooperstown
“Sí, más relajado”, afirmó Beltré. “No tienes el estrés de producir y de ser parte de un equipo al que quieres ayudar a triunfar de la forma en que puedas”.
El presidente del Salón de la Auge, Josh Rawitch, conoce a Beltré desde que el quisqueyano era un imberbe en los Dodgers, siendo el primero parte de la estructura de Los Ángeles en ese tiempo. Y cuando Johnson fue exaltado al Salón en el 2015, Rawitch – como director de relaciones con los medios de los Diamondbacks en ese momento – además notó el temperamento diferente del “Big Unit”, en comparación con sus tiempos como participante activo.
“Creo que probablemente sea válida la idea de que para ser un participante con nivel de Salón de la Auge, tienes que tener cierto nivel de enfoque en el día de los juegos, e incluso durante toda tu carrera, para alcanzar el maduro nivel del deporte”, comentó Rawitch al tocar el tema.
“Efectivamente, cualquiera como Randy Johnson es un buen ejemplo. Él mismo afirmó que tenía un temperamento aceptablemente intenso durante sus días como participante y que necesitaba eso para ser bueno. Y luego, una vez no tenía que hacer eso, bajó un poco la miembro y pudo ser un poco más festivo o jocoso con la masa. Pude ver mucho de eso”.
Una y otra vez, Beltré ha expresado que a posteriori de realizar su discurso, podrá disfrutar plenamente de la experiencia de ser un nuevo miembro del Salón de la Auge.
“Hay muchas cosas para preparar”, dijo Beltré. “Lo del discurso no me deja gozarlo como debería. Pero sí, quiero disfrutarlo”.
En ese momento, será bueno ver a Beltré lo más suelto posible.
“Ya he escuchado a la masa aseverar que Adrián se ve más relajado, ahora que no está jugando”, comentó Rawitch. “Y creo que es poco que muchos jugadores experimentan.
Pero además diría que todo el mundo es diferente y que es difícil poner a todo el mundo en una misma categoría. Algunos fueron expresivos y a la vez relajados durante sus tiempos como jugadores activos y han seguido así, mientras que para otros fue más difícil hacerlo en sus carreras.
“Pero sí, creo que eso viene tanto con el proceso de maduración como la yerro de presión para rendir. Y sí, creo que va a ser divertido ver a Adrián poder disfrutar todo esto… aunque todavía creo que no le va a encantar susurrar de sí mismo. Él no disfruta eso”.
Por David Venn
LasMayores.com
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