Mike Meriño.
Noticias, MADRID.- Hay países donde los encuentros se complican y se causan dinámicas negativas imposibles de romperse. España la tiene en los Países Bajos donde nunca supero y donde se encaminaba hacia su quinta caída, cuando en el minuto 93, un jugador que va camino de convertirse en especialista en goles salvadores, Mikel Merino, dio un empate (2-2) que sabe a gloria ayer de Mestalla.
La racha de 21 encuentros oficiales sin perder, que dejó la conquista de la Liga de Naciones y la Eurocopa, pasó por una dosis ingreso de sufrimiento para aumentar a 22. España se vio en el alambre en ‘De Kuyp’ y esquivó la caída hasta en un encuentro de dificultad en el que se alejó de su imagen triunfal.
Un buen arranque precedió una relajación que habitualmente se paga en partidos grandes. España, rival a batir por todos por su requerimiento de campeona de Europa, infundió respeto de apertura pero lo perdió cuando reculó delante el empuje de Países Bajos. Mostró el bloque de Luis de la Fuente lagunas defensivas, dudas, desajustes que le costaron caros cuando sintió que un tanto tempranero ya fue un botín teniendo la vuelta en tres días en Mestalla.
El apertura de autoridad, con Pedri al mando apareciendo en cualquier zona de agresión, probando de zurda con poco ángulo la fiabilidad de Verbruggen nada más arrancar el enfrentamiento. A Países Bajos no le intimidaba la propuesta española. La esperaba. Optaba por responder con las mismas armas con el objetivo de atacar más, ser más directo y morder arriba para alejar de la zona de peligro el talento español.
Cometió un error que le costó caro. A los 9 minutos en el apertura de jugada. Un mal control de Hato que se hizo pequeño delante la presión de Lamine Yamal. El robo limpio, el asomo en carrera, la conexión con Pedri y la visión en el pase al movimiento dentro del ámbito de Nico Williams. Un medio giro y zurdazo centrado a la red.
España mostraba credenciales de vencedor pero Países Bajos ya había comunicado con un disparo de Gakpo, parada. Koeman apuntó al flanco de Pedro Porro, con escasa ayuda defensiva de Lamine Yamal y se comenzaron a ver síntomas de sufrimiento, especialmente con el despertar de Frimpong que dio la noche a Cucurella.
Antaño de un duro capítulo defensivo, lo cierto es que ‘Cucu’ generó una entusiasmo que pudo ser el segundo. El buen centro en su aumento por banda izquierda lo remató cerca del poste Morata, buscando el contrapié del portero. Su único remate en un duelo con escasa participación.
Las bajas de Laporte y Vivian ya presentaban un centro de la defensa español con lo justo. El regreso de Le Normand con galones junto a Cubarsí, a quien un golpe en el tobillo mermaba. Países Bajos ya fue el dueño del encuentro. Van Dijk avisaba rematando arriba un balón fallecido luego de rechaces y Gakpo no perdonaba. Disparo seco sin estar encimado. Con Porro llegando tarde y recriminando a Lamine su falta de beligerancia en la entusiasmo.
Hacía tiempo, posiblemente durante la 2da parte delante Alemania en la Eurocopa, que España no sufría tanto en un encuentro. Obligada a replegarse, sin un monarca que pidiese el balón y anestesiase el duelo. Exigido por bandas sin respuesta. Sin balón. La verticalidad de Países Bajos instalaba la duda. La movilidad de Memphis Depay, la velocidad de Frimpong.
En el día más impreciso de Yamal como internacional aún pudo inventar un pase que enganchó de zurda Zubimendi a las manos de Verbruggen. Fue un espejismo en un encuentro que iba tiñéndose de naranja. Unai Simón, el día de su regreso, sacaba un disparo de Memphis que aparecía en el espacio entre Cucurella y Cubarsí que ya no podía más. Su lesión cambió los planes.
Con Asencio en la grada debutó Huijsen. Bajo un foco de máxima tensión. Con 19 primaveras, silbado durante que pisó el césped por renunciar a su país de nacimiento y decidir jugar con el país del que se siente, España. El examen fue mayúsculo con el rival lanzado. Gakpo, hiperactivo, enganchaba un testarazo que detenía Unai. El travesaño evitaba un golazo de volea de Reijnders, durante la frontal, a pase de Frimpong que fue el dueño del encuentro.
El descanso que pedía a gritos España no cambió nada. Las consignas de De la Fuente sirvieron de poco porque el segundo acto no pudo comenzar peor. No se había cumplido el primer minuto cuando de nuevo Frimpong imponía su velocidad delante Cucurella, la ponía atrás y en esta ocasión Reijnders ajustaba su disparo al poste llegando durante atrás. Imposible para Unai.
Países Bajos ya había cumplido su objetivo de forma merecida. Fue el momento de dar un paso al ante y reaccionar. Y lo hizo España en cuanto recuperó la posesión. Sin su finura habitual pero con personalidad. No había margen para más despistes porque Gakpo fue una amenaza continua. De nuevo probaba a Unai con un disparo durante la frontal.
Pero la intensidad del equipo de Koeman ya no fue la misma y De la Fuente daba uno de esos golpes de entrenador que provocan el elogio en caso de buen resultado y crítica en la caída. Quitó del campo a Yamal, a quien es bueno sostener hasta el último suspiro por su capacidad para inventar una entusiasmo decisiva. Su falta de implicación defensiva le pasó factura. También fuera Pedri y Morata. Tres líderes. Dani Olmo, Oyarzabal y Ayoze eran los encargados de cambiar la cara a la selección.
El futbolista que pasó a la historia por el testarazo en la 2da parte de la prórroga delante Alemania que tumbaba la maldición del huésped que sufría España en la Eurocopa. Nico Williams desbordaba, chutaba y el bote provocaba el rechace del portero para que Merino, en la zona del 9 en la que está jugando en el Arsenal, mandase el balón a la red para que la eliminatoria se decida el domingo en Mestalla.
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