El delantero del Real Madrid Federico Valverde festeja su gol frente a el Athletic Club, en el encuentro de la jornada 32 de LaLiga que Real Madrid y Athletic Club de Bilbao disputan este domingo en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid. EFE/Chema Moya.
Noticias, MADRID.- Un gol del uruguayo Fede Valverde en el minuto 93 dio los tres puntos (1-0) a un Real Madrid que se atascó hasta entonces frente a el Athletic Club de Bilbao, un tanto que permite al conjunto blanco mantenerse a cuatro puntos de distancia del monarca de la Liga, el Barcelona.
De sentir como se abría una puerta a la esperanza liguera, cuando el Celta vencía por dos tantos en casa del monarca, a verlo todo perdido. Respondiendo a una presión mayor luego de ver al Barcelona con el poderío en la remontada que tanto se esperaba en el Santiago Bernabéu frente a el Arsenal. Rescatando un victoria angustioso para seguir en la pelea esquivando en el último instante una semana catastrófica.
Aún se mascaba la decepción europea en la grada y el Real Madrid debía imponerse a un estado de tristeza generalizado. Ni las rotaciones de Ernesto Valverde, que cambió a todo su equipo salvo a Álex Berenguer por el esfuerzo realizado para lograr el pase a las semifinales de la Liga Europa, impulsó una respuesta de orgullo de los jugadores de Ancelotti.
Se han ido empequeñeciendo en un mes de marzo que ha expuesto todos los problemas del Real Madrid este curso. Y ya nada de lo que pruebe ‘Carletto’ buscando una reacción parece surtir efecto. La ausencia de Mbappé le invitó a decantarse por poco nuevo buscando el fútbol que tanto añoró ante al Arsenal. Juntó de apertura a Ceballos y Modric, los dos jugadores capacitados para imponer un sentido al juego. De poco sirvió a un equipo plano al que tan solo agitan los intentos de Vinícius.
Lesionado en su orgullo luego de escuchar silbidos en sus dos últimos encuentros, Vini llego a ser tan sobrado de voluntad como carente de hallazgo. Pegado a banda izquierda, como Rodrygo a la derecha, intocable en una racha sin gol infinita. El Real Madrid llego a ser a por el encuentro sin 9. Con libertad para Jude Bellingham para atacar un espacio que nunca encontró. El resultado en el primer acto: un remate a puerta y en un testarazo de Fede Valverde luego de un saque de esquina.
Al Athletic, sin Nico y con Iñaki Williams en el banquillo, le iba bien la especulación. Sin sentir agobios, con la única tarea compleja en el freno al descaro de Vinícius. Bien posicionado, con líneas juntas, sin ninguna intención de dar un paso en busca del victoria. Por muy mal que viera a su rival. Dos remates desviados de Guruzeta eran insuficientes.
De la depresión madridista pasó a revelar orgullo luego de el paso por los vestuarios y la charla de Ancelotti. Las opciones que aún le quedan por LaLiga pasaban por vencer. Aumentó velocidad con balón y inició a pisar dominio rival con más peligro, apartando los nervios por su mal momento. Rodrygo acarició el poste con un disparo cruzado y Unai Simón sacaba su 1ra mano a un disparo de Camavinga luego de una larga carrera repleta de potencia.
El Real Madrid ya no fue todo Vinícius. Repartiendo protagonismo incrementan su peligro y Ancelotti desterró su experimento sentando a Ceballos para creer por un 9 puro como Endrick. El movimiento permitió a Bellingham aparecer por sorpresa, sin estar fijado por los centrales, acariciando el gol en luego de acciones. La más estética en un centro con el exterior de Vinícius durante el costado que cabeceó con potencia en carrera para toparse con el vuelo de Unai. Segundos después remataba el saque de esquina cerca de la madera.
El agobio que comenzaba a sentir el Athletic provocó la reacción de Valverde. Fue el momento de recurrir a jugadores del peso de Sancet e Iñaki Williams, de amenazar al rival con la asistencia de Maroan Sannadi. La única energía ataque de su equipo había llegado en una energía individual de Unai que provocó la parada de mérito de Courtois, metido en el encuentro pese a no ser exigido en ningún momento.
El tiempo se acababa y el Real Madrid mascaba ansiedad. Se la quitó de encima de golpe cuando Vinícius, en su enésimo intento, mandaba a la red su golpeo seco al palo corto. La liberación de un Bernabéu que respiraba se entrecortó cuando el VAR avisó de la posición de Endrick en el arranque de la jugada. En fuera de juego tocaba el balón e influía en la energía defensiva del rival. Gol anulado.
Un nuevo golpe a un equipo lesionado, de nuevo caminando por el alambre, a minutos de perder el segundo título grande en tres días. Lamentando el error de Bellingham en el 90, a dos metros de la línea de gol, cuando remató desviado por el mal posicionamiento del cuerpo. Volcado en dominio rival, en esta ocasión encontró el premio a su insistencia en el añadido cuando el intento de Brahim provocó un rechace que ultimó con el pecho Valverde para enganchar un disparo a la escuadra que sostiene la lucha agónica madridista.
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